
La Baronesa se baña entre huesos afilados,
viseras,
despojos humanos,
come el pan de los vencidos,
con sus heridas avanza,
las muestra indiferente,
cicatrizaran lento,
generando mas resentimiento,
marcha sobre mi
fetos arrojados,
fetos arrojados,
no queridos,
aborrecidos,
sus preferidos claro,
entona una lúgubre canción,
todo lo convierte en demonios,
aunque La Baronesa bendice su don.
Sus crías aletean abriendo camino,
reconocen a su reina invertida,
saben que al empezar la noche
ella dará el grito de guerra,
el asalto sobre los soberbios e ignorantes humanos,
para que ella los crucifique y paladee su ser.
y tan cambiante como la luna
La Baronesa sale a las noches oscuras
a causar aquellos estragos
que a mi alma dificulta
las mujeres de por si son cambiantes, puesto que nunca se mantienen en una postura firme y siempre cambian de parecer, sin importarles si hieren a otros.
es por esta la razon de que coloque el poema de "la baronesa", porque cuando aquella amiga que yo tengo cambia su postura, me siento como sus decechos, incluso asi, cuando no lo esta, me siento como un dececho igual
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